giovedì 16 febbraio 2017


CONFIDENCIAS DIVINAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
CON SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA

14 DE FEBRERO DEL 2017


Amada hija, me dice Nuestro Señor...
Le miro con Su Túnica blanca y un lienzo dorado cruzado del Hombro hacia abajo, atado de medio lado a la cintura con un cordón blanco. Su Cabellera suelta y ondulada se mueve con el viento. Sus ojos me miran fijamente, el color miel claro de Sus ojos me cautivan con esa forma tan perfectamente delineada, que de inmediato recuerdo los ojos de la Madre, forman casi la figura de una almendra. Los ojos de Cristo son más grandes que los de Nuestra Madre, su nariz que es inconfundible: larga pero con rasgos marcados fuertemente masculinos, sus mejillas y su tez como bronceada por el sol esplendoroso hasta lograr el brillo necesario para distinguirse como el Hombre Dios... 

Cristo abre Su boca y poca barba le cubre el mentón hasta la altura del labio inferior y me dice: hija miremos la Tierra. Y aparece el globo terráqueo a lo lejos, Yo logro divisar unos continentes. Mis ojos se fijan en la Tierra propiamente y Cristo me dice: no mires el globo terráqueo, mira lo que hacen las criaturas humanas.  Mira la convulsión de la Humanidad, mira los países y cómo en ellos se mantiene la agitación. La Tierra en ese instante se acerca más a mí y miro cómo en gran cantidad de países se dan manifestaciones, persecuciones, protestas y escuchamos a unas criaturas discutir por un monto alto de dinero que será la paga por un trabajo muy delicado contra un presidente.

Me dice Cristo: continuemos hija, toma consciencia de la convulsión social, política, religiosa y en todos los restantes niveles en que se encuentra, ya que detrás de cada protesta se encuentra un motivo y ese motivo no lo dan quienes protestan, sino hombres de altos cargos que pagan dinero para que unos hombres se encarguen de alzar la voz y promover los levantamientos en las Naciones.

En el recorrido por la Tierra, en la zona del Líbano, se escuchan varias víctimas de vejámenes, producto de las tendencias y creencias del dominio del hombre sobre la mujer. Cristo, con Su Rostro desfigurado me mira y es imposible no sentir que ese dolor de Él llega al centro del corazón y se comparte ese dolor que no se alberga en el Redentor sino se da “ad extra” ante el sufrimiento injusto.

Y presencio algo especial: la Creación, que guarda esa impronta Divina con que fue creada, reacciona y ocurre un silencio de quizá un instante, pero parece un largo periodo. Silencio, todo se vuelve silencio y la Creación parece que dirige como una mirada hacia Nuestro Señor y se da un movimiento inusual: el viento es más intenso, el oleaje del mar se acelera, la misma Tierra se mueve y yo la estoy mirando desde cerca y siento la Tierra vibrar. Hermanos, esta es la reacción de lo creado ante el dolor de Nuestro Señor y Salvador.

Me dice Cristo: amada, has mirado y escuchado cómo reacciona la Creación ante el dolor causado por Mis hijos.  Piensa: cuando es tanto el mal que sale del hombre que nubla la Tierra, cómo reacciona toda la Creación. No es Mi Justicia sobre el hombre sino es el mal obrar y actuar del hombre que atrae como un imán la reacción contra el hombre mismo.

La Tierra ha envejecido y se ha acelerado ese envejecimiento por la maldad del hombre, la crueldad lleva a la Tierra a padecer más de lo necesario. Los planes tramados por quienes se han apoderado de la Tierra y creen marcar el destino de la Humanidad, lanzan hacia toda la Humanidad sus armas silenciosas pero letales, utilizando al hombre contra el mismo hombre, agitando las mentes para que los pensamientos alocados lleguen a hostigar a Mis hijos y estos crean defenderse cuando están llegando adonde esa élite de perversión ha planeado llevarles.

¡Ah… cuánto lamentarán esos esbirros del anticristo ya que serán llevados a padecer y a lamentar por la traición del mismo anticristo, que no deseará que viva ninguna criatura que pueda representar un rival para él!   Los que en este instante lanzan persecuciones contra Mi Pueblo, luego serán llevados a padecer por el mismo anticristo. 

Me dice Cristo: amada, mira: Mis hijos no parecen criaturas humanas dotadas de voluntad y entendimiento, no escarmientan ante el mal que han vivido ni son capaces de prevenir males futuros por ser incrédulos y desobedientes.

Amada, ya les he instruido en la necesidad de que crezcan en el Amor y no se comporten igualando a las bestias.  Dile a tus hermanos que tienen que superarse en el campo espiritual, pero para que inicien ese proceso de cambio radical, tienen que acercarse más a Mí y alejarse de lo mundano.

La Humanidad será llevada a un estado máxima de degeneración, lo impensable llegará a ser realidad y… Yo Me avergonzaré más y más del hombre.

Hija Mía: el hombre al mantenerse en comunidad toma el modelo de la impiedad que viven algunos de sus hermanos, y para no ser despreciados, acogen la impiedad y la aplican cruelmente para sobresalir y que el temor sea un desconocido para ellos. La locura humana es actuar y obrar de forma contraria a Nuestra Voluntad.

En este instante el hombre se ha adherido a la maldad y ésta le provee de elementos que el hombre necesita para continuar en la lucha en Mi contra: elementos dañinos para que comprometan la Salvación del alma.

La tenencia de lo que no es necesario hace del hombre un ser destinado a vivir su vida sin que medien sus hermanos, engrandecido el “ego” del hombre, el “ego” supera al hombre y le deforma sin que se entere el hombre. 

Amada, ¡cuántos son los hombres a los que Yo les proveo más de lo necesario para que se acuerden de Mí y cuando se miran en la cumbre, se olvidan de Mí y el “ego” del ser les mueve a buscar alcanzar más y más y les lleva hasta a dejar de creer en Mí!

Pasa Cristo de mirar la Humanidad desde el exterior y lo miro dentro de un hombre, me habla y me dice: Me encuentro encarcelado, no puedo respirar, soy desconocido, despreciado. Esta criatura Me ha desterrado y sus necesidades son contrarias a Mi Amor. Yo escucho a Cristo, pero no le miro, sólo escucho Su voz quebrantada y le ruego que salga.

Él me responde: esta es Mi Casa y este Rey no es deseado. A esta Mi criatura le han negado el conocimiento de Mi Voluntad, ha aprendido de memoria unas oraciones y con ellas cree salvarse, sin obras de caridad ni amor al prójimo, negando el auxilio al enfermo…   Dedican la vida al dios dinero y Me niegan el auxilio para los hambrientos. Dicen que no existe el mal, viviendo sumergidos en el mal, se deterioran a sí mismos embriagándose en la lujuria, acumulan desobediencia, engreimiento y Me niegan Amor.

Amada: ¿soy digno de esto? Y yo le respondo: ¡No Mi Señor, no eres digno de esto!
Me responde Cristo: esta generación será merecedora de cuanto atrae para sí misma: Me limita a unas oraciones que no nacen del corazón sino de la repetición, sin saber lo que dicen, sin compromiso…

Asisten a recibirme con la pretensión de ganar el Cielo por ello, sin arrepentirse de sus actos indebidos…

No creen en Mi Ley, la aplican a su antojo y a su conveniencia, la Sagrada Escritura la leen y la interpretan a su conveniencia.  !Qué dolor! La Ley Divina reducida por el hombre a una mera interpretación, Mi Palabra es desoída y reducida a una repetición que impide al hombre adentrarse en Mí y conocerme desde el interior de la criatura humana donde Me encuentran…

Mi Iglesia permite que se Me reduzca al modernismo, suelen decir que la Revelación terminó en la Sagrada Escritura, pero en este instante modifican La Ley contenida en la Sagrada Escritura.

Cristo habla fuerte pero siempre guardando en Él el Amor Divino. Luego me dice: amada, los preludios de lo venidero son fuertes como la tempestad, pero Mis hijos luego se enquistan y viven en la tempestad como si fuese tiempo normal.  Hasta que viene otra borrasca más fuerte, como la que se avecina para Mi Iglesia y entonces, cuando no Me tengan cerca como en este instante porque Yo habré sido escondido, entonces Mis hijos gemirán y gritarán hacia el Cielo tratando de buscarme, y Yo les diré: ¡no griten siempre he permanecido aquí en ustedes!

Oren hijos Míos, oren por Alemania, padecerá en manos del terror.

Oren hijos Míos, oren por Costa Rica, será estremecida.

Oren hijos Míos, oren por Italia, padece las consecuencias del mal proceder de los hombres. Se estremece esta tierra.

Oren hijos Míos, oren por España, el dolor llevará consigo a inocentes.

Miren hijos, la soberbia de un hombre llevará dolor a la Humanidad.

Diles a tus hermanos que se instruyan en Mi Amor pero, sobre todo, en el cumplimiento de la Ley Divina…
Diles que Me reciban dignamente...
Diles que Mis instrumentos verdaderos son los que no se llaman a sí mismos indispensables, porque reconocen Mi Supremacía por sobre toda criatura humana…
Diles que los lobos con piel de oveja se llaman a sí mismos dueños de lo que es Mío, clavan a quienes les escuchan a una cruz personal del instrumento para que no les dejen solos.

Ningún instrumento es dueño de la historia ni uno solo es poseedor de toda la Revelación, ni se puede llamar a sí mismo conocedor de toda la Verdad, ya que la fecha y la hora de los acontecimientos solo Mi Padre la conoce. Por tanto, no podría revelar sin orden expresa de Mi Padre lo que es Voluntad de Mi Padre.   Mis instrumentos son importantes, cada uno es como el dedo de Mi Mano. No olviden que YO SOY EL QUE SOY (Ex 3,14) y el hombre, hombre es. 

Diles que abran la mente y en ella encontrarán el despertar a grandes realidades que les llevarán a ser verdaderos hijos Míos, amando a Mi Manera Divina y alcanzando por el Amor una Sabiduría más cercana a Mi Casa y más lejana del mundo…

Amada, ven, descansa, sin dejar de interceder por la Humanidad. La humildad es el centro de las virtudes de Mis hijos a quienes amo.

Reciban Mi Paz.
Su Jesús

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

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